En nuestra vida diaria nos encontramos en multitud de ocasiones con que el ganador de un cierto premio (sea del tipo que sea) se realiza por sorteo. ¿Quién no ha participado en alguna ocasión en uno, o ha sido la persona que sorteaba? A continuación vamos a hablar de una manera de sortear fuera de lo habitual, rara cuanto menos.
Pero antes de nada vamos a comentar el tipo de sorteos en los que nos vamos a centrar. Imaginemos que estamos con un grupo de personas y queremos regalar algo mediante un sorteo a una de ellas. Una idea, muy típica, es la siguiente:
Supongamos que el grupo está formado por 20 personas. Tomamos 20 trocitos de papel, escribimos la palabra PREMIO en uno de ellos y los doblamos y mezclamos. Después cada persona coge uno de los papelitos y quien tenga el que tiene escrito PREMIO gana.
Todos de acuerdo con la justicia del sorteo, ¿verdad? Cada una de las personas que optan al premio tiene una probabilidad igual a de tener el papel que le hará ganar.
Veamos ahora otra opción:
Yo, que soy quien estoy sorteando el premio entre las 20 personas, pienso un número del 1 al 20 (y a efectos de comprobación al finalizar el sorteo lo apunto en un papel). Ordenamos ahora a las personas, por orden alfabético por ejemplo, y según ese orden cada una de ellas dice un número del 1 al 20. Quien acierte el que yo pensé al principio se lleva el premio.
Seguro que si se lo planteamos a un grupo real de personas, los últimos, según el orden elegido, dirán que es injusto, que posiblemente a ellos ni le llegue la posibilidad de elegir número, y en cierto modo no les falta razón. ¿Significa eso que tiene menor probabilidad de ganar que los primeros? Hablando en claro: ¿es justo este reparto? Pensadlo por un momento…
…¿sí? ¿no? Bien, lo mejor es calcular en este caso la probabilidad que tiene cada una de las personas del grupo de llevarse el premio.
Comencemos con la primera persona que elige número. Como hay 20 números posibles, la probabilidad de acertar el que yo pensé en un principio es . Vamos bien.
Para que la segunda persona se lleve el premio debe ocurrir que la primera falle y la segunda acierte. La probabilidad de que la primera falle es , mientras que en este caso la probabilidad de que la segunda persona acierte es
, ya que el número que dijo la primera persona está excluido (falló). La probabilidad de que esta segunda persona se lleve el premio será el producto de estos dos números, esto es:
Vaya, la misma probabilidad que el primero.
Veamos la situación del tercero. Para que se lleve el premio el primero debe fallar (probabilidad ), el segundo también (probabilidad
, hay uno menos para elegir) y él mismo acertar, suceso que en este caso tendrá probabilidad
. De nuevo la probabilidad de que el tercero se lleve el premio es el producto de todas ellas, quedando:
La misma probabilidad que en los casos anteriores.
¿Y qué ocurre con el cuarto? Pues de forma análoga la probabilidad de llevarse el premio es:
¿Y el quinto? Igual. Y así ocurre con todos los integrantes del grupo inicial: todos ellos tienen la misma probabilidad de llevarse el premio, por lo que el sorteo es justo.
En consecuencia los dos sorteos son justos, los dos serían perfectamente válidos y con los dos estaríamos eligiendo al ganador del premio de forma totalmente coherente con el sorteo. Otra cosa es explicarle a los implicados en el mismo que la segunda opción es justa, pero eso es harina de otro costal…
Nuestro admirado Tito Eliatron ya publicó un post sobre este tema: Un reparto ¿justo?.
Imagen tomada de aquí.
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Información Bitacoras.com…
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El problema es que los humanos somos un desastre eligiendo aleatoriamente… con lo yo voy a elegir los números con un cierto sesgo que -si suponemos que todos los participantes son de la misma cultura- será parecido al orden de elección de los demás. De esta forma los primeros candidatos tendrían más posibilidades al dejarle a los últimos los números que es menos probable que yo haya elegido… Bastaría con que yo llevase en el bolsillo un socorrido D20 (no salga de casa sin su kit de rol de emergencias) para que este sesgo desapareciese y el sorteo volviese a… Lee más »
El razonamiento matemático es impecable, pero hay un fallo psicológico. Al parecer, los números que vienen a nuestra cabeza cuando nos dicen «piensa un número» no son equiprobables. Por ejemplo, el 7 tiene una frecuencia muy superior al resto, así que realmente los primeros sí tendrían una ventaja. Si en vez de pensar el número, éste se eligiese tirando un dado de 20 caras, ¡nada que objetar! 🙂
Aquí una curiosa referencia:
http://singularidad.wordpress.com/2007/02/19/experimento-telepatico-piensa-un-numero-al-azar-entre-1-y-20/
Vaya, se cruzaron los comentarios, jajaja.
Lo mejor es que hay un método para sortear entre N personas sin saber de antemano cuánto vale N (por ejemplo, si se sortea algo entre la gente que se presenta en cierto lugar antes de cierta hora, como hacen algunos programas de radio). A la primer persona que aparece se le asigna el premio. Si aparece otra persona más, se sortea si se le asigna el premio, con 1/2 de probabilidad. Si aparece otra persona más, se sortea si se le asigna el premio, con 1/3 de probabilidad. Si aparece otra persona más, se sortea si se le asigna… Lee más »
Aun siendo matemáticamente coherente creo que en el segundo acto también se debería incluir algo de predisposición a escoger números determinados por parte de ciertas personas aún si es de forma inconsciente, eso cambiaría bastante las cartas en la mesa.
Aparte de lo del sesgo, el problema se puede enfocar de otra manera, más sencilla.
Dado que no se altera el resultado, podemos suponer que no se dice el ganador hasta que todos hayan elegido un número. Ahora… ¿qué probabilidad hay de que el número de cualquiera de los concursantes sea el elegido? Pues 1/20 claramente (ya digo, sin considerar lo del sesgo).
Buen apunte Sive.
Para todos los que han comentado el tema de la predisposición por ciertos números a la hora de elegir, comentaros que implícitamente se entiende que las elecciones son aleatorias, tanto la mía como persona que sortea como la de las que optan al premio.
[…] Soprano Vs Vito Corleone 4 alma 19 Un sorteo justo…¿o no? top por Goefry en ciencia | matemáticas hace […]
Es bueno el razonamiento, es factible que las personas que creen injusto esto, se deba a que consideran la probabilidad en el momento que les toca elejir donde n es la persona (n asocia la persona con los números descartados). La probabilidad hay que tomarla siempre desde el momento o condicion inicial. Con respecto al orden en que las personas elijen y la cantidad de números que le restan por elejir… Se pueden calcular. Con respecto al factor psicológico, la matematica de probabilidades es indiferente a estos factores, mide hechos concretos, que en definitiva es lo que nos interesa y… Lee más »
Muy curioso y un claro ejemplo de cuándo la intuición falla en contraste con la rigurosidad matemática!
En alguna ocación y para definir que parte de un proyecto de la Universidad hacia cada integrante del equipo yo propuce lo siguiente: Cada uno decia el día en que nació (día primero, día segundo o 31 del mes), una vez ordenados los días de nacimiento el primero hace la primera parte del trabajo, el segundo la segunda parte, etc. Cuando dos personas nacieron el día 16 del mes, por ejemplo, el criterio era el mes de nacimiento: primero quien nacio en enero y despues quien nacio en marzo, por ejemplo. Nunca se cuestiono el sorteo porque todos pensamos que… Lee más »
En realidad creo que con el primer sistema, el de los papelitos, la gente se quejaría igual: el último no tiene posibilidad de «elegir», se tiene que quedar con el papelito que no han querido lo demás. Tengo la sensación de que lo aleatorio es muy difícil de entender: prueba a venderle a alguien el 00000 para un sorteo de la Loteria (la semanal, la de 100.000 números).
Hluot Firthunands, en principio tu método parece impecable para una sola aplicación.
Si consideramos el año como un conjunto continuo de instantes, la distribución de momentos de nacimiento a lo largo de él tiene una ordenación totalmente aleatoria.
No sería lo mismo si lo aplicas varias veces a lo largo del curso y con los mismos alumnos ya que no parece equitativo que siempre sea el mismo el que realiza la primera, o la tercera o la última fase de cada proyecto.
Una forma sencilla de ver que ambos métodos son equivalentes es pensar que los papeles se sacan de a uno por vez. Sacar los papeles de a uno es lo mismo que decir los números uno después de otro.
Igual es interesante el planteo para demostrar que la probabilidad de acertar el número es independiente del turno en el que toque escogerlo.
En realidad el segundo tipo de sorteo no parece totalmente justo. Sí tiene cierto grado de justicia -pienso-, pero no lo es del todo. Para ello propondré dos casos -a veces haciendo una comprobación nos evitamos una demostración-. Digamos que a la fiesta invitan a 50 ó 100 personas, cosa que no es imposible: ¿de veras piensas que al que le toca elegir en el turno i = 99 podrá recordar los números ya elegidos como los recuerda quien elige de 1ro, 2do o 3ro? A veces la memoria no es tan buena, por eso yo difícilmente gano en el… Lee más »
Para el amigo aqui_c; bien dices en lo parecidos que son ambos mecanismos; pero… en el segundo intervienen cosas que en el primero no. I.- En el primero los papeles ya estan escritos y no hay riesgo de equivocarse repitiendolos. En el segundo sí hay dicho riesgo. II.- En el primero no hay riesgo de que dos concursantes eligan el mismo número. En el segundo, nuevamente, sí lo hay. El segundo método presenta dos riesgos que el primer método no presenta; dichos riesgos pueden afectar los resultados del sorteo, por lo tanto no son igualmente justos. Para trabajar más el… Lee más »
julio, evidentemente se entiende que no se repiten números, que todos los aspirantes al premio conocen en todo momento qué números han salido ya y que se elige de forma aleatoria. Re cuerda, estamos hablando de probabilidad :).
Julio, no tengo ni idea de en qué consiste el POOL, pero tengo la manera de jugarlo equitativamente, independientemente de las reglas de orden de meter las bolas o de puntuar. Basta con añadir a cualquier reglamento de los existentes una regla adicional: hacer que cada partida consista en realizar el juego empezando un jugador y luego volver a hacerlo empezando el otro. El ganador será el que consiga el mayor número de puntos sumando los de ambos juegos. Sin necesidad de saber si el orden de salida da ventaja o desventaja lo práctico es la solución de los campeonatos… Lee más »
En Zaragoza, hace unos años preguntaron a un profesor de universidad como hacer un sorteo entre 120 personas con un bombo de bingo de juguete que tenia solo los numeros del 0 al 9. La respuesta fue la siguiente. Se sortea en primer lugar la bola de las centenas, solo con las bolas 0 y 1. Luego, se sortea la bola de las decenas y luego la de las unidades (con las 10 bolas). Si el número resultante es mayor que 120 se descarta y si es menor o igual pues es un numero válido. El caso es que este… Lee más »
Aquí les va la mejor forma y verdaderamente justa: Haz que todos escriban 1 número del 1 al 10 – o 2 números del 1 al 20, o 3 números del 1 al 30, etc. – y lo metan en un papel con su nombre. Los números posiblemente se van a repetir. Repites nuevamente la misma dinámica entre los que hayan acertado el número. De quedar 3 se puede jugar «fantasmita» (xD) en donde se agita la mano de derecha a izquierda en coordinación con las sílabas «fan» «tas» «mi» dichas en voz alta por los jugadores, y posteriormente, juego… Lee más »