Cuando alguien cree que ha descubierto algo pero no lo quiere difundir al no estar plenamente seguro de su descubrimiento comienza a surgir en su interior una sensación de miedo, de pánico llegaría a decir, relacionada con la posibilidad de que alguien se le adelante, de que alguien descubra lo mismo y lo comunique antes, quedando así asociado para siempre al descubrimiento el nombre de esta última persona. O al menos eso es lo que se desprende de algunas formas de actuar de ciertos científicos en determinados momentos de la historia.
Por ello, una interesante opción a la que nos podemos acoger en este caso es dejar una pista que indique que fuimos los primeros en realizar tal descubrimiento, pero sin mostrarla abiertamente, ya sea enviándola a pocas personas u ocultándola, o las dos cosas.
Una de las anécdotas mas curiosas relacionadas con todo esto la protagonizaron dos auténticas eminencias de la historia de la ciencia: Galileo Galilei y Johannes Kepler, ambos astrónomos y matemáticos que vivieron parte de los siglos XVI y XVII. Y en este caso es la astronomía la protagonista de la historia.
Se encontraba Galileo, allá por 1610, observando Saturno con su magnífico telescopio cuando detectó algo que se salía de lo habitual, algo extraño. Parecía como si este planeta tuviera orejas, pero por desgracia no podía precisar qué era, dado lo rudimentario del telescopio.
Evidentemente, lo que observaba Galileo eran los anillos de Saturno, pero él todavía no lo sabía. De todas formas no se quedó, ahí, sino que continuó realizando observaciones. Pero, seguro que debido al temor que comentábamos antes, decidió dejar constancia de su descubrimiento para asegurarse de que acabaría apareciendo como el primero en realizarlo. Y lo hizo a través del siguiente mensaje cifrado que envió a Kepler:
SMAISMRMILMEPOETALEUMIBUNENUGTTAVIRAS
Kepler no era malo descifrando mensajes, pero por desgracia su intento de descifrado se vio contaminado con sus propias investigaciones. En aquella época, el bueno de Johannes se encontraba investigando temas relacionados con Marte, hecho que parece que fue determinante para que el mensaje encontrado por él (mediante una inteligente recolocación de las letras) en el cifrado de Galileo fuera el siguiente:
Salve umbistineum geminatum Martia proles
que sería algo así como
y que se podía interpretar como que la conjetura que rondaba la cabeza de Kepler, que Marte tenía dos satélites, era cierta.
Pero no, no era así. Bueno, lo de los satélites sí, Marte tiene dos (aunque no parece que sea por las razones que tenía Kepler en su cabeza), pero el mensaje nada tenía que ver con ello. En realidad el mensaje que Galileo quería transmitir, y que reveló más tarde, era el siguiente:
que también sale recolocando las letras (bueno, y cambiando una u por una v). Este mensaje, el verdadero, sería algo así:
Esto es, algo así como que el planeta más alto (en realidad el más alejado que se conocía en esa época) tenía tres partes (el propio Saturno y las dos orejas, sus anillos).
Qué complicado es abstraerse de nuestros propios intereses, qué difícil es evitar que nuestras inquietudes salpiquen todo lo que nos rodea y qué fácil es encontrar lo que uno quiere cuando quiere y como quiere. Qué gran chasco se llevaría Kepler al conocer el mensaje verdadero, y por otra parte qué lástima que muriera sin saber que en realidad Marte tenía dos satélites, aunque esto es ya parte de otra historia, sobre la que os invito a indagar.
He conocido esta anécdota gracias a La vida secreta de los números, libro escrito por Joaquín Navarro. La imagen de Galileo está tomada de aquí y la de Kepler de aquí.
Esta es mi cuarta contribución para la Edición 3.1 del Carnaval de Matemáticas, que en esta ocasión tiene como anfitrión a Scientia potentia est.
¿Te ha gustado la entrada? Puedes invitarme a un café, Gauss te lo agradecerá 😉
¿estás seguro que se llama así el libro? ¿o uqe ese es el autor?
Yo tengo un libro que se llama así y es de G.Szpiro http://www.casadellibro.com/libro-la-vida-secreta-de-los-numeros/9788492573288/1246152
Además, LA VIDA SECRETA DE LOS NÚMEROS es el nombre del artñículo que publico en el nº2 de la Revista Amazings ¿cómo? ¿que aún no lo has comprado?
PUES A Qué esperas!!!!!!1
Información Bitacoras.com…
Valora en Bitacoras.com: Cuando alguien cree que ha descubierto algo pero no lo quiere difundir al no estar plenamente seguro de su descubrimiento comienza a surgir en su interior una sensación de miedo, de pánico llegaría a decir, relacionada con……
Uhm, sobre el descifrado, en la parte que pones «bueno, y cambiando una u por una v» A ver, si no me equivoco, el mensaje está en latín, ¿no? Y si no recuerdo mal, la u y la v en latín eran la misma letra (y era la v), así que no es que haya que cambiar una u por una v, sino que en realidad el texto tuvo que ser de esta forma: SMAISMRMILMEPOETALEVMIBVNENVGTTAVIRAS Que reordenado quedaría como Altissimvm planetam tergeminvm observavi Vamos, si lo que recuerdo del latín es correcto, que hace ya como 16 o 17 años… Lee más »
[…] los comentarios 1 alma 20 El doble mensaje cifrado de Galileo por Goefry en matemáticas hace nada […]
[…] Gaussianos nos deja una entrada con una anécdota interesante de Kepler y Galileo. […]
Hay mensajes que han quedado sin descifrar en la historia. Échale un vistazo al manuscrito Voynich http://es.wikipedia.org/wiki/Manuscrito_Voynich
Jeibros, lo conocía, muchas gracias. No me atrevo ni a echarle otro vistazo, demasiado para mí :D.
Según tengo entendido, y ya que ha habido un comentario al respecto del ‘cambio de u por v’, en el latín clásico la u y v se solapaban en el uso, resultando ser en la mayoría de los casos el sonido consonántico. No obstante, y al no haber distinción clara entre ambas letras, en el siglo XV hay una revolución bestial en nuestra lengua y se introduce la v como consonante plena, dejándole a la u el sonido vocálico en su totalidad. A partir de este momento, del Renacimiento para adelante, todavía quedan resquicios de siglos anteriores y el nuevo… Lee más »
Hay una segunda frase, que Galileo le manda en diciembre de ese mismo año: Haec immatura a me jam frustra legunturoy (lo intenté demasiado pronto)
Kepler decodifica: Macula rufa in Jove est gyratur mathem; etc. (En Jupiter hay una mancha roja que gira matematicamente)
Seis meses después, y tras insistir Kepler, Galileo aclara: Cynthiae guras aemulatur mater amorum (La Madre del amor (Venus) emula la forma de Cynthia (Luna); es decir, que tiene fases como la luna.)
Kepler tomó a mal estas actitudes de Galileo, y se distanciaron.
@mamen, se nota que tienes enchufe, escribes por aquí sobre la u y la v y va Diamond y te cita en twitter. Lo hago yo antes y no dice nada 😀
Por cierto, muchas gracias por la aclaración. Quiero comentar una cosilla más, se me ha ocurrido buscar referencias de la anécdota contada aquí y en algunas páginas aparecen solo v’s y ninguna u, aunque en muchas otras páginas aparece tal como aparece aquí. Con esto solo quiero decir que no estoy seguro de qué escribió exactamente Galileo.
zurditorium, tienes razón Mamen tiene algo de enchufe :). Pero te puedo decir que la razón principal por la que le pedí que escribiera el comentario fue el tuyo, porque ya no tenía claro cuál era la buena.
Ah, y a mí también me pasó eso de que lo he visto escrito de distintas formas. De hecho en el libro de donde tomé la anécdota aparece todo con u.
[…] "CRITEO-300×250", 300, 250); 1 meneos El doble mensaje cifrado de Galileo gaussianos.com/el-doble-mensaje-cifrado-de-galileo/ por PC–CITO hace […]
Zurditorium, algo de enchufe tengo que tener, aunque sólo sea por aguantarlo a diario!! Aunque es cierto que no hacía falta esa mención en Twitter, a este hombre se le va de las manos a veces jejeje 😛
No quería contestar ni nada porque me gusta mantenerme al margen, pero Diamond me pidió que lo comentara 😉 De nada.
muy interesante y misterioso a la vez…
[…] Gaussianos nos deja una entrada con una anécdota interesante de Kepler y Galileo. […]
[…] Источник: https://gaussianos.com/el-doble-mensaje-cifrado-de-galileo/ […]