Hoy os traigo otro problema perteneciente al libro ¿Cómo se llama este libro? de Raymond Smullyan (el anterior fue Twedledum, Twedledee y Twedledoo que tanto juego dio). Éste trata sobre la isla de Baal:

La isla de Baal es una misteriosa isla en la que quien supera las pruebas pertinentes puede llegar a conocer la respuesta al misterio último del universo: ¿por qué existe algo en lugar de nada? Para conseguir la posibilidad de realizar la pregunta a alguien que nos pueda contestar los aspirantes deben realizar tres grupos de pruebas, teniendo en cuenta que cada habitante de la isla puede ser un caballero (que siempre dice la verdad) o un escudero (que siempre miente).

Partimos del Santuario Exterior, donde nos realizan tres preguntas. Si las superamos pasamos al Santuario Medio, donde seremos interrogados de nuevo en tres ocasiones. Superada esta parte tendremos la posibilidad de acceder al Santuario Interior pasando una única prueba más. Allí tendremos la posibilidad de realizar nuestra pregunta.

La historia coloca a un filósofo como aspirante. El problema que os propongo parte de que nuestro personaje ya ha superado las dos primeras tandas de preguntas. Por tanto se dispone a pasar del Santuario Medio al Santuario Interior. Para ello debe superar, como dijimos antes, una única prueba, que consiste en lo siguiente:

Hay cuatro puertas que conducen fuera del Santuario Medio: X, Y, Z y W. Al menos una de ellas nos lleva al Santuario Interior. Si alguien entra por una puerta equivocada (es decir, que no nos lleve al Santuario Interior) será devorado por un feroz dragón.

Delante de las puertas nos encontramos ocho sacerdotes: A, B, C, D, E, F, G y H, cada uno de los cuales es o caballero o escudero, pero no sabemos quién es de cada tipo. Cada uno de los sacerdotes le dice algo a nuestro filósofo. Éstos fueron los enunciados:

A: X es la puerta buena.
B: Al menos una de las puertas Y, Z es buena.
C: A y B son caballeros.
D: X e Y son puertas buenas.
E: X y Z son puertas buenas.
F: O el sacerdote D o el E son caballeros.
G: Si C es caballero, entonces F lo es.
H: Si G y yo somos caballeros, entonces A lo es.

La pregunta es bien sencilla: ¿Qué puerta debería escoger el filósofo?

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