Hay una inevitable tristeza en el hecho de haber resuelto el último teorema (de Fermat). Los que se dedican a la teoría de números, en lo más profundo, lo sienten así. Para muchos de nosotros fue la resolución de este problema lo que nos atrajo a las matemáticas, y siempre lo consideramos como un sueño, pero nunca como algo que conseguiríamos. Hoy sentimos que hemos perdido algo.
Andrew Wiles
Es como la típica historia del policía que persigue al ladrón, terrorista, traficante…poned el delincuente que queráis. Después de media vida persiguiéndolo cuando consigue capturarlo siente un gran vacío. Parece que el perseguidor de alguna manera necesita no alcanzar el objetivo perseguido para que así su vida siga teniendo sentido.
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el mejor ejemplo de madero cuyo único fin es atrapar a Lupin III es Zenigata, Y como delincuente elijo a un político cualquiera..
Todavía queda esperanza…
La demostración de Wiles no pudo ser la de Fermat. Aún hay una demostración (más) comprensible esperando a que alguien la redescubra.
La verdad es que cuando terminé la carrera hace algunos años me dije «¿y ahora qué?», setí un vacío enorme. Con el tiempo he sabido ponerme otras metas.
Los psicólogos decimos que el deseo es dinámico, cuando se consigue algo pasa inmediatamente a desearse otra cosa.
concuerdo con Asdf eso es en todos los campos, ahora hay que resolver los otros teoremas que quedan
Cuándo se logra una meta hay una mezcla de: «¡Qué bien!» con «¿Y ahora qué?» Yo también creo que surgirán otros objetivos, sólo que, como matemáticos, la lógica es desear que esa meta siga siendo en el ámbito de la matemática.
Considero que ese problema, es decir el «Último Teorema de Fermat», puede seguir motivándonos para lograr otra demostración del mismo. Con todo respeto, una mucho mas sencilla que la ideada por Andrew Wiles.
Se perdió la oportunidad de leer la obra de Thomas Taylor y René Guénón para saber así qué son las matemáticas para no desvariar.